lunes, 1 de agosto de 2016

Caras vemos....

La gente del común nos ha inculcado sinónimos de éxito con los cuales la humanidad se haya perdida en la búsqueda de: Dinero, fama, fortuna, titulos, ostentación, reconocimientos, propiedades y bienes. Pero el éxito verdadero de un ser humano está en la tranquilidad de su mente, la sonrisa en sus labios, la unión familiar, estar enamorado y ser correspondido, comer sin remordimientos, tener tiempo libre para hacer lo que se ama, gozar de buena salud, disfrutar del trabajo y recordar un milagro recibido.
Nunca he escuchado alguna persona que diga que ha comido deliciosos billetes, ha comprado un amor verdadero, ha pagado para que un ser querido vuelva de la muerte, alguien que haya pagado con tarjeta una familia amorosa y que el dinero evita absolutamente todos los problemas de la vida. 
No es más exitoso alguien que aparenta tenerlo todo que aquel que no tiene necesidad de aparentar. Porque una persona cuando se siente completa olvida demostrarle al mundo que no le falta nada, solo piensa en compartir. Aquel que vive en paz consigo mismo desea lo mejor para los demás porque le sobra amor en su interior y aquel que mucho ostenta es porque le falta algo que el dinero no le ha podido comprar.