miércoles, 17 de febrero de 2016

El cuento del sabio del amor

Había una vez un hombre que quería saber cual era el secreto de una vida feliz en pareja porque siempre notó que en el mundo se  encontraban muchos casos de hombres que a pesar de estar comprometidos hablaban de fantasías con otras mujeres, mujeres hablando de lo cansadas que estaban de sus maridos, parejas que después de tantos años de estar juntos se recordaban el uno al otro que todo había sido un error, habían muchos encuentros furtivos de amores prohibidos y muchas personas que a pesar de tener todo el amor de alguien se decían a sí mismos que no estaban con la persona correcta. Ésto le preocupaba al hombre de tal manera que pensó que deberia haber algo más allá de la naturaleza que estaba afectando la voluntad amorosa. Pensó que podian haber hechizos que dañaban relaciónes, maldiciones, conjuros o simplemente malos deseos que influían en el ambiente. 
Decidió que debía preguntarle al gran sabio porque sucedía esto y el gran sabio le preguntó: ¿Eres libre de decidir con quien quieres estar? y el hombre dijo: sí soy libre.
Él le dijo: Error no eres libre y el hombre le preguntó: ¿por qué?  el sabio respondió: No eres libre porque eres prisionero de tus propios miedos. 
Tienes miedo a terminar sólo y eliges a la primera persona que conoces que aparentemente "te quiere" y tiene buena apariencia fisica o financiera, sin mirar si tienen metas importantes en común. Eres preso de la impaciencia porque quieres lograr en pocos días una relación consolidada sin tomarte el tiempo de conocer a fondo una persona. Eres preso de la vanidad y de la inseguridad  porque piensas que si una persona te ama es porque eres increíble y juegas al amor con otros para que te lo recuerden porque en el fondo no lo crees. Eres preso de la apariencia porque renuncias a ser lo que tu eres para enamorar a alguien fingiendo ser otra cosa y después de muchos años te cansas, vuelves a ser lo que eras y por eso tu pareja te reprocha que has cambiado.
Eres preso de la soberbia pensando que si tienes alguien a tu lado es tu propiedad y olvidas ser dulce, tierno, noble y divertido pensando que ya tienes alguien seguro.
Eres preso de tus doctrinas pensando que la sensualidad, sexualidad y el erótismo hace parte sólo de los amantes furtivos o la gente vulgar y olvidas que el sexo es la mayor muestra de amor en una pareja.
El hombre pensó y pregunto al sabio: ¿Qué debo hacer? y el sabio respondió: sólo sé tu mismo porque el amor es voluntario, si alguien te debe amar te amará por lo que eres no necesitas fingir para retener a alguien. En el camino del amor tendrás muchas tentaciones y solo tu tienes la voluntad de evitarlas, no le eches la culpa a otros. No busques que otra persona te de el amor que ni siquiera sientes por ti mismo, la gente no se puede enamorar de ti cuando tu no tienes amor propio. Tómate el tiempo para conocer a alguien, tómate el tiempo suficiente para convivir y tómate un gran tiempo para tener un hijo, no se puede hacer un lazo tan grande con un desconocido. No existen las pócimas mágicas sólo existe la decisión de querer hacer las cosas bien en tu vida. Cuando se acaba el amor en una pareja la culpa no es de nadie sólo es la consecuencia lógica de una serie de actos mal encaminados. 

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