Los errores de la vida no existen, han sido situaciones que necesitabas vivir para forjar el ser humano que eres hoy. Los caminos que has recorrido son los que debías recorrer y la gente que ha pasado por tu vida es la que necesitabas conocer. Algunas para darte amor, otras para enseñarte una lección y otras para cambiar algo en tu vida. Nada es casualidad. Si te pones a pensar esas cosas te hacen fuerte, diferente, ingenioso y valiente. Perdónate a ti mismo, no te culpes de supuestos fracasos, no pienses nunca que eres malo. Recuerda que al ser humano no lo hace el dinero, el título profesional o las cosas que se posean. Es tan maravillosa la fuerza que tienes en tu interior que no tienes idea a donde puedes llegar. No reniegues de ti mismo.
Sé agradecido con la naturaleza, cierra los ojos y saborea la comida, besa apasionadamente y olvida las expectativas de los demás. Trata de ser humilde para que las personas puedan enamorarse de tu escencia y no de lo que posees, así cuando te miren a los ojos sabrán que puedes transmitir el amor de Dios que es de lo que estamos hechos los seres vivos pero lo hemos olvidado.
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