miércoles, 30 de marzo de 2016

Madres Castradoras

Es muy tierno observar a una mujer dándole pecho a su bebé pero esto se vuelve una pesadilla para un hombre si se prolonga con los años. Me refiero a las madres que se resisten a aceptar que sus varoncitos crecen. Se disfrazan de madres contemplativas, generosas, dadivosas, amables, serviciales y con espíritu de sacrificio pero muy histéricas cuando alguien las contradice. Esas dulces madres suelen hacerles creer a sus hijos que con 50 años aún siguen siendo niños e incluso desautorizan al padre en frente de sus hijos. En la infancia de sus niños se dedican a hacerles creer que son incapaces de ser autónomos, deciden por ellos, les hacen todo y bajo esa figura autoritaria, amorosa y materna pueden en algunos casos  sembrar en sus hijos la falta de confianza, baja autoestima  y otras veces un miedo terrorífico a las mujeres. Parece increíble que un hombre pueda tenerle miedo a una mujer. Algunos lo demuestran siendo tímidos y otros lo ocultan siendo machistas, inmaduros, infieles e incapaces de tener una relación estable porque ven a las mujeres como trofeos para asegurarsen a sí mismos que ellos pueden conquistar una mujer pero en el fondo se sienten inferiores. Buscan la apariencia física o monetaria para la aceptación social u otros simplemente no son capaces de sostener un hogar sin que estén cerca las faldas de su madre. ( Afirmaciones basadas en varios textos de psicología ). Muchas veces el machismo de un hombre es provocado por madres que no los educan para respetar a las mujeres y les infunden la idea de que ninguna mujer vale la pena escondiendo el miedo a que puedan amar a otra mujer mas que a ellas.
La reflexión de este escrito es simple: ¿Vale la pena cortarle las alas a un hijo y hacerlo infeliz por el solo hecho de negar que los hijos crecen y se van?

miércoles, 23 de marzo de 2016

Tuve miedo de pronunciar: Te quiero

Lo que me duele no es tu ausencia sino el hecho de pensar que hayas podido dudar de mis ojos enamorados cuando te dijeron al mirarte que mi corazón era tuyo.
¡Tonto amor que nos aturde! Yo te hablé con el alma pero tú solo entendías con palabras. Hablamos dos idiomas diferentes, hoy te estoy hablando con el pensamiento y tú me respondes con el silencio.


miércoles, 9 de marzo de 2016

Cadena de sucesos

Esta semana tuve una serie de sucesos que sin pensarlo estaban unidos entre si. De camino a un viaje me contaba una mujer una historia sobre un niño de 2 años que según ella era precioso había fallecido porque su padre violentamente al obligarle a  tomarse la sopa le hizo bronco aspirarla. 
Un bebé llorando desesperadamente toma bocanadas de aire pero en este caso sus bronquios encontraron cucharadas de sopa llenas de ira por el que debiera ser su protector.
Casos terribles se ven diariamente en los telediarios, pero eso no exime que ciertas noticias impacten nuestra forma de ver la vida. La ira según el diccionario indica que es un deseo de venganza, es un sentimiento de enojo y también es la furia de los elementos de la naturaleza. Basándome en ello me pregunto: ¿Tanta irá puede causarnos un ser puro e indefenso? Después de oír esto fui a un restaurante en donde sentada en una mesa veía como algunas personas  dejaban en el plato aquellas cosas que no querían comer y el mesero amablemente les decía: ¿Puedo retirar esto para que esté más comodo? la gente con una sonrisa decía, sí claro. Analizaba esa situación y me pregunté: ¿Qué demonios le hace pensar a un adulto que puede dejar de comer algo que no quiere o no le gusta pero a un niño se le prohibe de formas violentas? Al siguiente día una mujer sentada en el banco se puso a contarme sobre su trabajo y ella me dijo que hacía limpieza en una casa de adopción. En su forma de ver la vida ella criticaba como las adolecentes parían a escondidas de sus padres para dejar al recién nacido en ese lugar por si algún día alguien lo adoptaba. Finalizando la cadena de sucesos en la tarde en el transporte público escuchaba hablar una chica por teléfono seguramente con su novio sobre lo triste que estaba por el aborto que había tenido, ahogada en llanto y desconsolada le repetía lo desbastada que se sentía porque al parecer era un hijo muy esperado y reiterando no poder soportar esa situación. Uniendo los sucesos me volví a preguntar: ¿Por qué un ser humano se llena tanto de amargura y odio llegando a extremos de hacerle daño a su propia familia por no controlar la rabia? ¿Por qué los padres quieren dominar a sus hijos para que sean máquinas perfectas cuando ellos ni siquiera son un ejemplo? ¿Por qué un padre juzga a un hijo cuando hace algo mal impulsandolo a hacer actos  escondidos porque lo único que sienten es miedo hacia su progenitor? ¿Por qué en el mundo existen personas sumidas en la depresión por no poder tener hijos cuando hay millones de niños abandonados, abusados, solos, huérfanos, faltos de cariño esperando a que llegue algún día a su vida un padre o madre para darle amor? 
¿Por qué hay hijos hermosos en padres despiadados que no los merecen?
¿Por qué hay adultos que olvidaron que la infancia es la etapa más hermosa del ser humano?
Sin tener que ver directamente con las preguntas llegaron a mi mente muchas respuestas:
Hay gente que no merece tener un hijo.
Hay gente que tiene un corazón hermoso para adoptar un niño. 
Cuando una persona es cruel con un ser indefenso no le puede ir bien en la vida.
Algunas de las personas que fueron abusadas por sus padres en la infancia hoy son adultos rencorosos y muchos de ellos se desquitan con sus propios hijos (como si esto fuera inteligente)
Hay personas que han engendrado hijos pero no pueden ser llamados padres.
Cuantas cadenas de sucesos pasan por nuestra vida, algunas personas las ven las escuchan y las ignoran porque están entretenidas en las cosas egoistas del diario vivir y otros seres humanos las escuchan, analizan y se ponen a reflexionar.... y tu?


miércoles, 2 de marzo de 2016

Fuerza divina

La palabra de Dios no es una serie de mandamientos para doctrinar las mentes humanas y hacer actos para complacer un dios inmisericorde. La palabra de Dios es una guía para no sufrir, para no tropezar, para no caer en depresión. Dios en su infinito amor sabe que tenemos un corazón que siente miedo, amor y dolor, el sabe que nos equivocamos porque en nuestro intento de encontrar el sentido de la vida hacemos tantas cosas y algunas de ellas nos hacen mucho daño. Por eso a veces caer en los vicios, la mentira, la falsedad, el autoengaño nos hace recordar que los consejos divinos no están hechos para subyugarnos a un dios sino para caer en la cuenta que su sabiduría es infinita y reconocer de corazón que necesitamos de su guía no para fingir ser perfectos ante los demás sino para ser más felices por el paso en la tierra.
Los sentimientos son el medio de comunicación entre Dios y los hombres, si al escuchar un consejo tu sientes paz y alegría en tu interior, sabrás que es Dios quien te está mandando un mensaje. Aunque en las religiones nos enseñan que Dios es sacrificio y dolor esto está lejos de la realidad porque los seres humanos desde que nacemos tenemos la tendencia inata de buscar el amor. Ningún ser humano es feliz sin amor y Dios es amor.